Un hombre adoptó a un niño en Camboya y se convirtió en papá soltero, con el paso de los años ese niño se convirtió en campeón Olímpico
Jerry Windle, pudo llevar a cabo su sueño de transformarse en padre adoptivo más allá de los prejuicios que existían en esa época.
Un día, mientras esperaba ver al doctor, leyó en una revista un informe sobre los huérfanos de Camboya y quedó conmovido por las historias de los jovenes en ese país, por eso no dudó ni un segundo en contactar con la institución camboyana que se mencionaba en la revista, para preguntar si podía adoptar a un chico y ese fue el comienzo de su crónica como padre.
A Jerry Windle, la multitud le decía que jamás sería padre porque se encontraba soltero. Él mismo no suponía que llegaría a ser padre, ya que había intentado sin triunfo adoptar a un pequeño en USA.
Cuando Jerry leyó el informe de los huérfanos de Camboya, algo en su corazón le mencionó que su deseo de ser padre se haría realidad. Contactó a la agencia citada en la revista para preguntar si podía adoptar y para su sorpresa le dijeron que sí. Completó la documentación, llenó los formatos de la adopción y poco tiempo luego recibió por correo la foto de un pequeño huérfano de 18 meses de edad; en ese instante supo que el chico sería su hijo.
El amor de padre e hijo pudo vencer todos los obstáculos
Jerry viajó a Phnom Penh, Camboya, para encontrarse con su futuro hijo, a quien llamó Jordan. El chico vivía en un orfanato desde la desaparición de sus padres biológicos, se encontraba enfermo y sufría desnutrición. Jerry lo llevó a su casa en la Florida y lo cuidó como su padre desde el primer instante en que lo conoció.
Ya en USA, Jerry y Jordan confrontaron varios obstáculos. J
ordan se encontraba enfermo y tenia que estar comunicado a señas con Jerry, ya que no hablaba inglés hasta que luego aprendió el idioma. Por otro lado, el cariño de padre e hijo pudo vencer todas las adversidades.
Prometió que haría todo para que su hijo jamás volviera a sufrir
Jerry crió a su hijo adoptivo en Fort Lauderdale, Florida, donde a la edad de 7 años, en un campamento de verano se descubrió por Tim O’Brien, hijo de un popular entrenador de clavados, Ron O’Brien, desde entonces Jordan entró en un programa particular de buceo y ahí comenzó su crónica como contrincante olímpico.
Jerry siempre logró todo lo que estuvo a su alcance para que su hijo pudiera seguir con su trayectoria de buceo, inclusive mudarse de localidad. Se mudaron a Indianápolis y después a Carolina del Norte
De Camboya a las Olimpiadas de Tokio 2020
Impulsado por su padre adoptivo y sus capacidades para el buceo, Jordan se transformó en el primer camboyano que ha clasificado para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, representando a USA. A sus 24 años, ganó varios premios y alcanzó varios logros en su historia, por medio de su perseverancia y especialidad, pero además al acompañamiento y amor incondicional de su padre.
Jordan ganó seis títulos nacionales junior, siete títulos senior estadounidense y dos títulos de la NCAA, estableciendo récords universitarios en las pruebas de trampolín de 3 metros y interfaz. Se clasificó para sus primeras pruebas olímpicas en 2012, cuando poseía 13 años y su padre estuvo que se encuentra en la mayor parte de esos triunfos.
En lo estudiantil, Jordan completó su educación en la International Connections Academy y se graduó en la Facultad de Texas.
Su historia cobra vida en un libro
Padre e hijo celebraron su crónica con un libro infantil del que fueron coautores en 2011. El libro, que se titula “Orphan No More: The True Story of a Boy” (Nunca más huerfano: la narración de un niño”), cuenta la narración de un gallo al que los otros animales le decían que no podía ser padre sin una gallina. Un día, el gallo tropezó con un huevo que nadie pretendía del cual salió un patito. El gallo adoptó al patito sin importar su apariencia diferente y de esta forma fue como los dos demostrarán que donde hay amor, hay familia.
El cariño de los padres puede llevar a cabo maravillas y está por arriba de todos los prejuicios y estereotipos sociales, como la narración de este hombre con enorme corazón que crió a un campeón olímpico que comenzó siendo huérfano en Camboya.