Le hacen una cesárea sin anestesia para salvar la vida de su hijo

La madre fue muy valiente y los expertos del hospital unos ídolos. Ella porque le hicieron una cesárea sin anestesia y ellos porque salvaron la vida de su niño recién nacido.

La situación es que la historia no es tan bonita (si es que se puede determinar así), sino muchísimo más dura, todo porque el trato que recibió esta madre fue lamenta. De hecho, según dice, es eso lo que más le dolió del proceso.

 

Todo ocurrió hace cosa de un mes, cuando María Mercedes Alcocer, de 37 años, fue a dar a luz un niño recién nacido muy esperado.

Tanto que ya estaban próximo de pedir un tratamiento de fecundación cuando se enteraron, ella y su pareja, de que se encontraba embarazada.

Ya de nueve meses, precisamente de 41 semanas y 4 días, rompió aguas.

Esto fue el 13 de febrero durante la noche, jueves. En ese mismo momento acudieron al Hospital Universitario Central de Asturias, donde se quedó en maternidad esperando de que fuera dilatando.

Pasaron los minutos, pasaron las horas, trataron de provocarle el parto con prostaglandinas y oxitocina pero ni con esas. De esta forma llegó el viernes durante la noche, 24 horas luego de romper aguas, y comenzó a sentirse mal. Comentó que se notaba ardiente, como si tuviera fiebre, y se ratificó, ya que el termómetro marcaba 39,7ºC.

 

De manera inexplicable, en el hospital no reflexionaron que fuera nada considerable y, según enseña la madre:

En el hospital no me hacían ni caso. Decían que se encontraba nerviosa porque era primeriza.

Su marido, Cristian, solicitó en  más de una ocasión la atención del personal del hospital, debido a que veía que se encontraba con fiebre, y lo que consiguió fue que le dieran un calmante para que se tranquilizara, ya que todo era, según decían, fruto de los nervios.

Sobre las tres de la mañana la bajaron al paritorio para ponerle la epidural. No obstante ahí vieron que no había dilatado lo bastante y volvieron a subirla a planta.

A las ocho de la mañana del sábado se ratificó que María sufría una infección.

En ese instante todos se pusieron a correr. La llevaron al quirófano y avisaron al anestesista, pero era bastante tarde. El médico que le esperaba en la salón le dijo: “O corto o tu hijo fallece”. Y de esta forma fue.

Cortó sin anestesia. María perdió el conosimiento en el instante que notaba cómo le sacaban al niño recién nacido.

En este momento los padres van a exponer una reclamación, puesto que se preocupan por la salud de su hija, que sufrió padecimiento fetal, y porque piensan que el trato no fue el correcto.

El niño recién nacido tuvo que estar dos semanas en la incubadora, María tuvo pesadillas a lo largo de las primeras semanas, soñando que le atacaban y le cortaban y, lo malo, ni el hospital ni la Consejería de Sanidad le han explicado aún qué ocurrió esos dos días que María entró para dar a luz.

En expresiones de la madre, que pienso que lo resume perfectamente:

Fue un mal espantoso. Apreté tanto los dientes que uno se me partió […] lo que más me dolió no fue tanto el corte sin anestesia, que además, sino la incomprensión.

Tanto padecimiento es inhumano. Es imposible jugar de esta forma con la vida de la gente.

Falta entender cuál es la versión del hospital, para que expliquen qué ocurrió de todos modos y cómo es viable que una mujer que rompió aguas y tiene fiebre 24 horas luego fuera tratada como si estuviera nerviosa

Si en ese instante la hubieran escuchado y atendido como se merece alguien que está a 40 de fiebre hoy yo no habría escrito esto.

 

 

Updated: 10/10/2022 — 7:34 AM